En la I Jornada mundial de los Pobres
“Pasa al banquete de tu Señor”. El creyente puede aportar a esta sociedad nuestra, tan empobrecida en valores, honradez, transparencia, justicia, y caridad, que son bienes más valiosos que los meramente económicos, porque tiene miras elevadas y cuenta con auxilios más altos que los simplemente humanos, ya que le empuja la gracia de Dios y aspira a una recompensa divina.
Por eso el auténtico creyente, convierte su trabajo en oración y sus afanes humanos en ansias apostólicas, contribuyendo así a que en la ciudad terrena haya sitio para todos, se reduzca la pobreza y no se aspiere sólo a los biens materiales.
No cabe duda que esperar la recompensa del banquete que Cristo promete presta fuerza para luchar por la justicia y para erradicar toda pobreza ¡Pongámos esperanza a nuestro alrededor transmitiéndola a los que carecen de ella! Será un buen modo de celebrar la Jornada de los Pobres.
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