La fiesta de San José en mis años de formador en el Seminario de Sololá
Me gusta recordarlo ahora que vivo la misma fiesta en un contexto distinto. Esto es lo que solía decir yo a los seminarisitas sololatecos, según leo en algunos apuntes que aún conservo de aquellos tiempos (la foto también es de entonces como se puede notar por mi aspecto "juvenil") y que traigo al blog porque "recordar es volver a vivir":
UNA FIESTA MUY DE FAMILIA: LA DE SAN JOSE
Eso es para nosotros la fiesta de San José. Un día para convivir, gozar y descansar a “la sombra del Padre”, el “padre bueno” de la Sagrada Familia y de la familia nuestra del Seminario.
Un día para que mayores y menores nos sintamos seguros, protegidos y guiados por un jefe ejemplar, por un experto en caminos divinos, por un valiente, por un justo, por un santo de los de verdad. Porque todo eso y más es José, el humilde carpintero, el Patriarca, el elegido de Dios. Y es una suerte tenerlo por abogado y protector.
En sus manos encomendamos nuestros afanes.. En sus manos confiamos las vocaciones de los que estamos y de los que vendrán. En sus manos, nuestra formación. Las mejores manos, las más finas, las más delicadas, las que ayudaron a Jesús y tanto nos pueden ayudar a nosotros.
Le pedimos sabiduría en los estudios, laboriosidad en los trabajos, afanes apostólicos, piedad recia, fraternidad. Para que podamos ofrecer a nuestro Pueblo una comunidad eclesial ejemplar, que sirva eficazmente a la Iglesia Diocesana y Universal.
José, Padre y Señor, protege a nuestros seminarios, guarda a nuestros seminaristas, guía a los formadores y llévanos a todos a la perfección. Estamos seguros que no nos defraudarás.
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Ángel Mª Pascual -
Julio César -