Mañana gran fiesta de la Presentación del Señor (Las Candelas)
Este año es domingo el dos de febrero, fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, y podemos, en nuestras iglesias, más que si fuera un día laborable, ver entrar, como predijo Malaquías, al “Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar –dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca?”.
Pero no viene con poder, sino oculto e indigente, en brazos de su madre, para que no le temamos. Lo explica la Carta a los Hebreos, que leemos este día: “Tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella”.
Ojalá no nos escandalice su abajamiento, pues aún se nos oculta más en la Eucaristía. Purifiquemos nuestros ojos con el agua de la penitencia para que podamos verlo.
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