Esperar al Niño Dios con San José
Las calles de la ciudad, las casas, las iglesias están ya preparadas para la navidad ¿Y los corazones? ¿Estarán también listos?
El Evangelio de San Mateo, que leemos en la misa de este cuarto domingo de adviento nos cuenta que el corazón de San José sí lo estaba para la primera Navidad. José era un hombre justo, dice el evangelista, y, a lo que parece, acostumbrado a dialogar con Dios porque no se asusta al recibir un mensaje del cielo.
No parece que se estile mucho en estos momentos ni la honradez, ni la piedad de San José. Se lleva más la superficialidad, la disipación, la búsqueda fácil de la ganancia. Para que Dios no pase de largo y siga siendo Emmanuel, Dios-con-nosotros, necesitamos gente como San José. Con menos tiempo para la televisión, con más tiempo para la reflexión, con sobriedad y mucho espíritu de sacrificio, y así Dios podrá quedarse con nosotros y no pasar de largo.
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