Se acerca la Navidad: ¡Que sea santa y provechosa!
Los personajes que rodean a Cristo en su nacimiento, y a lo largo de su vida, no dejan de asombrarnos por su intrepidez, su categoría humana y su nivel de santidad.
Isabel es uno de ellos, admirable porque ve más allá de las simples apariencias y mira y lee con la visión de Dios, escudriñada en la Escritura y asimilada y guardada en su corazón. La actitud más adecuada para vivir santa y provechosamente la Navidad.
Ojala que, como Isabel, también nosotros percibamos con agudeza de fe, al que viene a nosotros en brazos de María y no desprecia nuestra pequeñez, y podamos decirle llenos de asombro: ¿Quién soy yo para que venga a visitarme el mismísimo Dios?
Amigos: ¡Feliz Navidad!
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