El Papa se queda con nuestro corazón y llena de luz nuestras mentes
El Viacrucis lo hemos recorrido en la mañana, llevados casi en volandas por una multitud devota y admirada. En la tarde me ha conmovido de nuevo el fervor de los miles y miles de peregrinos que, aguantado el calor, no perdían la compostura, el respeto y la piedad. Unos polacos, anuestro lado se ponían de rodillas en cada estación sobre el ardiente asfalto. Hemos rezado, hemos gozado, hemos aplaudido y agitado la bandera y un sin fin de emociones que nos va transformando como a todos.
Y es que el Papa se ha quedado ya con nuestro corazón y el de los miles de peregrinos, y de los madrileños, que han salido a la calle con entusiasmo y calor, mucho calor, físico y afectivo.
Hemos encontrado a muchos guatemaltecos y compartido con ellos la alegría del encuentro: El P. Milo, el P. Ezequiel y varios chimaltecos. También me habló Juan Carlos Palencia con el que espero pasar unos días.
Llegó también la última expedición riojana, con el P. Victor, que nos ha acompañado tras el viacrucis y se ha quedado casi sin respiración por la emovción, el calor y el entusiasmo. ha querido ver los confesonarios de El Retiro. Tal vez quiera modernizar los confesonarios barrocos de su parroquia. En fin que ya estamos preprados mañana para la gran aventura de pasar la noche en vigilia. Esperamos resistir como hasta ahora: ¡Firmes en la fe! ¡Ojalá que la emoción y el calor no acaben con nosotros!¡Nos vemos en Cuatro Vientos!
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