No brazos caídos, sino levantados
Para darle la vuelta al mundo. Para mejorarlo. Para hacerlo más habitable, para no dejar que se cierre sobre sí mismo y nos aplaste.
Y brazos levantados hacia lo alto, hacia el cielo. No para protestar, sino para rezar.
Lo pide el Papa en su nueva encíclica Caritas in veritate , que habrá que leer despacio y meditar con aprecio.
"El desarrollo -dice el Papa- necesita cristianos con los brazos levantados hacia Dios en oración, cristianos conscientes de que el amor lleno de verdad, caritas in veritate, del que procede el auténtico desarrollo, no es el resultado de nuestro esfuerzo sino un don" (n. 79).
Hagámosle caso y el mundo cambiará. No me cabe la menor duda.
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