Frutos de un buen trabajo sacerdotal
Me cuentan estas cosas tan esperanzadoras del trabajo sacerdotal de un amigo de la diócesis de Sololá-Chimaltenango en Guatemala. Y la copio en el blog para estímulo mío y de los seguidores del blog. Las malas noticias no necesitan difusión, ellas mismas se propagan, arrasando la esperanza. Por eso ahí va esta buena. Se la agradezco a quien me la ha enviado:
En (...) la gente está feliz con su párroco porque tiene fe, reza y es muy apostólico.
Fue por el pueblo visitando cada familia y bendiciendo cada casa. Y
cuando terminó en el pueblo, comenzó a hacer lo mismo en las aldeas.
Con sus predicaciones ha ido removiendo a bastante gente, y se ha ido
llenando la Iglesia hasta el punto de que la gente del pueblo está
pensando ampliar la Iglesia porque ya casi no queda espacio vacío
cuando se celebra la misa.
Los pastores protestantes están atemorizados porque parece que algunos
de sus feligreses han abandonado el protestantismo para volver a la
Iglesia Católica. Incluso hubo un pastor protestante que se puso a
ayunar para que el Padre se fuera del pueblo.
A la gente le gusta que el padre no se quite la sotana más que para dormir.
Cuando le tocó a esa parroquia venir a la Catedral de Sololá a ganar indulgencias en el año jubilar catedralicio,
vino una cantidad impresionante de gente. La catedral se quedó
pequeña. Un sacerdote de los que les tocó confesar ese día preguntó
de dónde era toda esa gente, y no podía creer cuando le dijeron que
era de ese lugar.
Quien iba a creer que con lo fría que ha sido la gente, un
día fuera a ser removido de esa manera.
1 comentario
Miguel Xicay -