Fiesta de Santo Tomás de Aquino
Preparo la fiesta de Santo Tomás, en vez de con excursión, que nunca viene mal, sobre todo si el tiempo acompaña, con la lectura de dos interesantes libros de filosofía y su consiguiente reflexión. Invitando de corazón a mis inolvidables discípulos, apasionados amantes del personalismo en otros tiempos, a retomar la lectura para que no se queden sus vidas en frustradas promesas de renovación para sus necesitadas diócesis.
El primero lleva por tíutulo "LA INTERIORIDAD DE LA PERSONA HUMANA. Hacia una antropología personalista", de John F. Crosby. Publicado por Ediciones Encuentro. Interesentísimo estudio de la persona, basándose en el patrimonio perenne del pensamiento y en la aportación del personalismo más reciente. "Esta obra nació -afirma el autor- de mi encuentro con el personalismo de Karol Wojtyla a principios de los 80. Comencé a escribir durante el semestre sabático que me había concedido la Universidad de Dallas en el otoño de 1983. Desde entonces hasta el otoño de 1994 este libro se convirtió en centro de mi investigación y de mi trabajo, así como en elemento central de gran parte de mi actividad docente".
El segundo, obra conjunta de numerosos autores, tiene el título: DIOS SALVE A LA RAZÓN. De la misma editorial que el anterior. Con la aportación de autores tan dispares y tan profundos como Benedicto XVI; mi compatriota riojano el filósofo Gustavo Bueno; Wael Farouq, André Glucksmann, Jon Juaresti, sari Nusseibeh, Javier prades, Robert Spaemann, y Joseph H. H. Weiler. "Cuando se proclama que la razón debe ser salvada, se dice en la presentación, es porque se supone que se ha perdido a sí misma, ha frustrado, de modo provisional o definitivo, su finalidad y su naturaleza más propia". Se trata, por tanto, de una aportación fundamental para quienes confiamos en el hombre y en su capacidad de alcanzar la verdad, que permita lograr el bien deseado y también reconocido. Un libro imprescindible para los aficionados a la filosofía aunque sólo sea en ratos libres.
La celebración de Santo Tomás es una invitación a no dejarse aturrullar por el activismo. A detenerse a pensar. A tomar un libro en las manos y ponerse a leer desde la primera a la última página. O, si se prefiere, dando algún saltito, pero regresando de nuevo a donde habíamos interrumpido. Un ejercicio no sólo para principiantes, no solo para estudiantes, sino también para "pastoreantes", o resabiondos aprendices de Pastor.
¡Feliz fiesta de Santo Tomás de Aquino! Y... que Dios salve a la Razón... del activismo pastoralista...
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