Una cuna limpia y cómoda para el Niño Dios
Escuchar, meditar, callar ante el Señor que habla, es un arte que se aprende practicándolo con constancia. Ciertamente, la oración es un don que exige, sin embargo, el ser acogido; es una obra de Dios, pero que exige compromiso y continuidad por nuestra parte, sobre todo la continuidad y la constancia son importantes. Justo la experiencia ejemplar de Jesús muestra que su oración, animada por la paternidad de Dios y por la comunión del Espíritu, se profundiza en un prolongado y fiel servicio, hasta el Huerto de los Olivos y la Cruz.
Son palabras del Papa en la audiencia de hoy,miercoles, adecuadas para todo tiempo, pero en especial para el Adviento que nos prepara a la Navidad. Os invito y me invito a poner en practica este consejo, para preparar una cuna limpia y cómoda para el Niño Dios.
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Angel Mª Pascual -
Juan Luis -