Terminé de leer el último libro de Harry Potter
Y no me decepcionó, sino todo lo contrario. La intriga, la emoción, la imaginación desbordada, las salidas inesperadas, la mágia supermágica.
He disfrutado infinito, he tenido que hacerme fuerza para interrupir la lectura, y he sentido que se terminara. No imaginaba que la acción culminaría en la querida escuela de magia que tanto me recuerda mis años de formador. En ese lugar de amistad y de esfuerzo, de aprendizaje y de futuro se gana la gran victoria. Y suceden cosas increibles que surgen de la solidaridad, la amistad, el sacrificio y la entrega por amor... ¡Qué valores, qué maravilla.... Y no son sólo de novela, son también posibles en la realidad....
En un mundo tan poco imaginativo y tan gris como el nuestro la magia de Harry descansa y desestresa. El mundo de magos que estudian magia, que combaten al Señor Oscuro, que viven amistades a prueba de todo, que vencen... es, ciertamente, estimulante.
Recomiendo todos los libros de Harry, porque fomentan el vuelo imaginativo que impulsa a crear, a ayudar, a inventar. Todo es posible con imaginación y ganas. Todo se puede con amistad y esfuerzo. Se puede aprender hasta la magia, que ya es difícil. Qué bien que haya libros como los de Harry Potter. Ojalá no se acabaran anunca.
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