En la fiesta de Santo Tomás de Aquino
La personalidad de Tomás de Aquino tiene rasgos de genialidad equilibrados, muy acentuados, y en un grado que no se encuentra en nadie en esa proporción.
Son rasgos luminosos y esclarecidos que se pueden resumir en el título: HUMILDE GENIO LUMINOSO, aplicable a su persona. Su clarividencia, su profundidad, su exposición metódica, su visión global de la ciencia que cultivó de por vida, la teología, hacen de él una auténtica lumbrera de la humanidad y una personalidad atrayente y admirable.
Todo eso lo revistió él de una enorme sencillez y una santidad extraordinaria, que lo ponen a la cabeza de los grandes genios de la humanidad. Acercarse a personalidades como la suya es siempre profundamente enriquecedor. Merece la pena conocerlo, admirarlo, y dentro de las limitaciones propias, tratar de imitarlo.Hace años leí esta impresionante biografía de James A. Weisheipl y recogí algunas notas que ahora ordeno y quiero publicar.
Le pido a Santo Tomás, en su fiesta, recordando las grandes celebraciones que teníamos en el Seminario de Sololá, me ayude a conseguirlo.
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