Domingo de Pentecostés
El Espíritu Santo es Dios y trae al corazón del hombre la santidad de Dios. El Espíritu Santo libera del pecado y promueve con sus dones el bien y la virtud. El Espíritu Santo trae a la Iglesia el poder perdonar los pecados, poder que Cristo confiere a los Apóstoles, a sus sucesores los Obispos, y a los Sacerdotes.
El tiempo litúrgico de Pascua, que hoy finaliza, ha sido una constante invitación a buscar al Resucitado en el sacramento del perdón y en el de la Eucaristía. Ojala que también en el tiempo ordinario, que mañana se retoma, sigamos apreciando este maravilloso regalo del perdón que tanta paz trae, que tanto humaniza, que tanto podría hacer cambiar al mundo.
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