Monseñor Romero. Vida, pasión y muerte en El Salvador
Con creciente interés voy leyendo esta equilibrada y muy ponderada biografía de Monseñor Romero, escrita por Roberto Morozzo y publicada por Ediciones Sígueme en 2010, traducción de la obra original, editada por Mondadori en italiano en 2005.
La muerte de Romero -leo en la página 444- se debió al hecho de que no se resignaba a la violencia, a la injusticia, al tormento que vivía su país. Sentía la urgencia de "iluminar" la vida con el Evangelio. Tenía el carisma de comunicar de manera extraordinaria a las muchedumbres. Y no de manera demagógica, sino traduciendo en términos accesibles a todos los contenidos profundos de la catequesis y de las Escrituras. Al igual que miles de "nuevos mártires" del siglo XX, Romero fue fiel a la misión que se le había encomendado. No huyó".
A medida que me sumerjo en tan apasionante biografía, magnificamente analizada, narrada y contrastada, pienso más en los salvadoreños que tienen hoy, con motivo de la beatificación, la posibilidad histórica de hacer por su país: la obra de regeneración, de revitalización, y de nuevo impulso hacia la justicia, el bien y la pacificación profunda, que dejó pendientes el nuevo Beato.
Cuentan con la certificación de la Iglesia -¡que es mucha certificación- de que el ejemplo de Romero es digno de ser conocido, difundido y seguido y que, para continuar su inacabada tarea, cuentan con su intercesión, desde Dios, con quien vive.
No les va a resultar sencillo ni cómodo, pero es posible. Y pienso que tienen juventud y entusiasmo para realizarlo. Cuenten con mi cercanía, solidaridad, oración y toda mi simpatía.
2 comentarios
Angel Mª Pascual -
Miglan Estib Acevedo Castro -