Escuchar a Dios ilumina y revitaliza
Lo dice rotundamente el evangelio de este primer domingo del Año Nuevo: “En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres”. Y los creyentes sabemos por experiencia que lleva razón: porque esa Palabra divina ha disipado muchas oscuridades de nuestros caminos y ha revitalizado, en múltiples ocasiones, nuestro marchito corazón.
Si queremos que el nuevo año sea feliz, no dejemos de escucharla y de guardarla y meditarla en nuestro interior. Así se realizará en nosotros lo que dice San Pablo, en la segunda lectura de este domigno, que llegaremos a comprender “cual es la esperanza a la que Dios nos llama y cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos”. Porque, afirma el evangelio, aunque “a Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, nos lo ha dado a conocer”.
0 comentarios