Impresionante vitalidad de los niños en la catequesis
Ya está en marcha la catequesis parroquial. Me admira la vitalidad de los niños. Gracias a Dios tengo buena ayuda para poder hacer cosas buenas con ellos. Los catequistas merecen un monumento al lograr apaciguar esa vitalidad y encauzarla hacia el aprendizaje y la mejora espiritual. Que la Virgen del Rosario, cuya fiesta hoy he celebrado con gran solemnidad, nos ayude en esta hermosa, pero ardua, tarea.
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