En Emaús, concluyó ayer la Peregrinación
Y lo escribo hoy, ya relajado, bien dormido y descansado.
Llegamos a casa a las cuatro de la madrugada, tras el ajetreo de los aeropuertos que es pesadísimo.
Habíamos concluido la peregrinación, cerca de Jerusalén, en un lugar que se identifica con la aldea de Emaús, donde el Resucitado caminó con los discípulos y se dejó reconocer, tras explicarles las Escrituras y partir con ellos el pan.
Fue una despedida preciosa, emotiva, que concluyó con la comida fraternal que nos prepararon las religiosas Hijas de San José de la Aparición, que tienen una casa e iglesia preciosas, con unas vistas cautivadoras.
Nos sentimos peregrinos apenados por la marcha, pero confortados por la presencia de nuestro Divino Compañero, el Resucitado, que nos da ánimo, que nos da alegría.
Gracias a los que nos han acompañado, a través del blog, en esta maravillosa e inolvidable peregrinación.
En la foto se ve al Obispo en el Viacrucis por la vía Dolorosa y a mi en frente ¡Inolvidable momento!
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