El relato de la peregrina Egeria de su peregrinación a Tierra Santa
Me lo he leído casi de un tirón, porque me ayuda a interiorizar lo vivido en estos días, recien pasados, de mi peregrinación a Tierra Santa.
Egeria fue una mujer consagrada a Dios, que vivió en Galicia a finales del siglo IV, a penas a cuarenta años de la paz de Constantino, que trajo sosiego a la Iglesia, tras la larguísima etapa de las peresecuciones. Pocas cosas se saben de ella, excepto que realizó el viaje a Tierra Santa del que nos ha quedado fragmentos del diario que escribió a sus compañeras de Galicia.
La novelista Ana Muncharaz reconstruye con gracia el itinerario seguido por Egeria y la pone en contacto, haciéndolos revivir, con los grandes personajes del cristianismo de la época: el Papa San Dámaso, San Jerónimo, San Gregorio Nacianzeno, Juan Casiano y los Anacoretas de Egipto.
Leyendo esta novela, he interiorizado mejor el significado de los lugares que he visitado los días pasados, viendo cómo el tiempo y los dramas de la historia los ha modificado, sin quitarles su carácter único de ser testigos del caminar terreno del Hijo de Dios.
Y es que, como nos enseña Egeria con su diario, visitar estos lugares invita a realizar un viaje interior hacia el Dios encarnado. Ese Dios humanado, que no es una idea que puede repensar y modificar cada cual a su gusto, sino una persona a la que hay que encontrar a través de su naturaleza humana, que deja huella por donde pasa, y que permite acceder, con ayuda de la gracia, a la plenitud salvadora de su naturaleza divina.
Este libro me ayuda a realizar este viaje interior, en el reposo afixiante de estos días veraniegos ,en el silencio, la reflexión y la oración reposada en la frescura de mi iglesia y de la casa parroquial. Cualquiera puede hacer lo mismo, consiguiendo el libro, de tan sólo trescientas páginas, y leyéndolo y meditándolo a la sombra de cualquier árbol o de la propia casa ¡No se lo pierdan!
3 comentarios
P.Teodoro. Centro Tierra Santa -
Angel maria, si le puede hacer llegar estas letras a Ana, le agradezco.
Angel Mª Pascual -
Ana -