Un recuerdo para nuestros intrépidos misioneros
Hoy he celebrado en la parroquia el día del misionero riojano, de los numerosos hombres y mujeres dispersos por más de cuarenta y cinco paises y que son más de doscientos.
Me uno a ellos con el afecto, la oración y la solidaridad fraterna. Y pido que Dios les siga dando ilusión, alegría y fuerzas para seguir dando por el mundo el alegre mensaje del evangelio ¡Feliz domingo, amigos!
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