Sol y paisaje de Castilla
Estos días disfruto del sol y de largos paseos por la planicie de Castilla. Las montañas no se ven o se dibujan sólo en el horizonte. Pero sí rompe la monotonía del paisaje de trigales el surgir de verticales torres de las iglesias de los pequeños pueblos que salpican el paisaje.
Esas torres elevan hacia el cielo limpio la mirada y el corazón. Pasear por la llanada se convierte así en ejercicio de contemplación y elevación. Y descansa el alma y se ensancha y se ennoblece.
Ayer disfruté en una visita rápida a la ciudad de Salamanca. La piedra de sus construcciones, el sabor de sus calles y plazas, el derroche de arte en fachadas, torres e iglesias, también esponja el espíritu. Si además se departe amigablemente y se disfruta de un refreco que mitigue la sed y el calor, mejor que mejor.
¡Estupendos días de convivencia en este noble lugar de Castilla!
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