Una celebración de Pascua llena de alegría
No podemos menos de felicitar la Pascua, porque no tenemos como perspectiva una fría losa sepulcral sino la vida, por la que lucharon, y ahora gozan, los santos. La que salvará los valores que apreciamos y que desprecian los ignorantes y necios, que se adueñaron desgraciadamente de poderosos medios de comunicación de masas.
Por eso podemos hoy felicitarnos la Pascua y añadir incluso, lo que concluye el Papa en su último libro sobre Jesucristo: Si escuchamos a los testigos con el corazón atento y nos abrimos a los signos con los que el Señor da siempre fe de ellos y de sí mismos, entonces lo sabemos: Él ha resucitado verdaderamente. Él es el Viviente. A Él nos encomendamos en la seguridad de estar en la senda justa. Con Tomás, metemos nuestra mano en el costado traspasado de Jesús y confesamos: “¡Señor mío y Dios mío!”.
Y por eso seguiremos diciendo sin complejos en esta sociedad secularizada: “Feliz Pascua de Resurrección”.
Hoy hemos culminado el Sacro Triduo de Pascua con la procesión del encuentro de la Virgen con su Hijo Resucitado. Ha sido magnífico, lleno de reposo, sonido, marcha y fe. Incluso la lluvia nos ha respetado casi totalmente.
Al final, una gran Misa de Pascua: feliz, participada y muy solemne.
Los Cofrades e invitados de la Cofradía de Asusejo hemos compartido al final una gran comida de hermandad. Que también la mesa y la convivencia es importante en esta gran fiesta de Pascua.
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