Al nuevo beato John Henry Newman
He encomendado hoy el fomento de la vida intelectual, sobre todo teológica, de nosostros los sacerdotes, pues pienso que buena falta nos hace.
En vez de muchas palabras necesitaríamos silencio, reflexión, estudio y oración abundantes.
Ojalá que el nuevo beato, que tanto pensó, oró, reflexionó, estudió, escribió y vivió, nos ayude a conseguirlo.
Sigo leyendo su apasionante biografía. Una curiosidad de su vida: padeció muchos dolores de muelas. "Han sido -escribió- mi penitencia durante treinta años". Pero sobre todo padeció muchas imcomprensiones, y muchas persecuciones. Y esas no se curan tan fácil como el dolor de muelas.
0 comentarios