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Felicidades, porque mientras escribo se realizan en Tecpán las Ordenaciones que esperé y esperamos desde hace tanto tiempo

Felicidades, porque mientras escribo se realizan en Tecpán las Ordenaciones que esperé y esperamos desde hace tanto tiempo

A estas horas en que escribo, son las seis menos veinte de la tarde, se está celebrando en Tecpán la Ordenación diaconal y presbiteral que esperé durante tanto tiempo, que esperamos todos por tanto tiempo... ¡Por fin, hoy, día de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein!...

Doy gracias a Dios porque está teniendo lugar. Doy gracias a Dios porque concede a su Iglesia esta particular bendición. Doy gracias a Dios porque no me ha permitido presenciarla, pero sí disfrutarla y gozarla y regozarla desde la lejanía.

La oración es tan poderosa que atraviesa océanos y continentes y, en Dios, nos une a las criaturas. Yo me uno en este momento a la Eucaristía en el estadio de Tecpán y abrazo a los ordenandos y le pido a Jesús Eucaristía, traido por primeravez a este mundo por las palabras temblorosas de mis amigos, ahora ya hermanos, recién ordenados sacerdotes, que los guarde y los bendiga, permitiéndoles realizar un ministerio muy fecundo, muy fecundo y muy feliz, muy feliz. Y a esos diáconos, que lleguen pronto, muy pronto a un felicísimo presbiterado...

Ha sido una suerte compartir con los que hoy se ordenan ilusiones, esperanzas y hasta dolores y dudas. Hoy, lamentando la distancia que nos separa, la supero de un salto, y me felicito con ellos por tener esta dicha de la Ordenación, siempre tan inmerecida, pero siempre tan disfrutada. Tal vez eso molesta, pero por mucho que se empeñen algunos, nunca podrán quitarme o quitarnos esta dicha compartida, nunca.

Felicidades, amigos, felicidades, hermanos sacerdotes... La fidelidad hasta la muerte, por la eternidad, es la meta a la que aspiramos, inmerecida pero no por ello menos buscada. Que no cesen nunca los sonidos bulliciosos de este día, que no se apaguen en sus corazones los ecos de esta jornada, que la Virgen me los guarde y me los proteja, siempre, siempre.

Cuenten con un amigo y con un hermano. ¡Feliz Ordenación! ah! y... feliz almuerzo..., si sobra algo, ya saben, lo compartimos... ¡Algún día!

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