La paz hay que ganarla con esfuerzo y con paciencia
Que bella es la paz y qué costosa. En la foto se ven unas palomas que nos la recuerdan: en su bondad y en su dureza.
La paz se merece si se es paciente, es decir aguantador, con dominio de sí; si se vive a tope, sin precipitaciones pero sin detenciones...
La paz llega tras el esfuerzo por apaciguar el ánimo, serenar los encontronazos, perdonar las ofensas.
La paz se disfruta con otros a los que se aprende a comprender, a aguantar. Con los que se convive en el esfuerzo, en los proyectos comunes, en el afán apostólico.
Yo invito a mis lectores, no sólo a luchar por esta paz, sino a pedirla y a hacerse merecedores de ella... en su diario vivir, en su diario aguantar, en su diario sufrir y en su diario gozar...
Hoy en internet pude comunicarme con Manuel Lastor y Gerardo Coter. Ha sido un momento intenso de paz en el presente que apacigua mi pasado y me permite afrontar con paz el povenir. Gracias a ellos...
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