Predicando un retiro en Logroño
Hoy prediqué en Logroño un retiro para señoras, alejándome un poco de los ajetreos de obras en la casa parroquial.
Les hablé de la fe y del optimismo. De una fe que permite tener una visión más amplia de la que alcanza nuestra razón. Una mirada que alcanza nuestros orígenes y el fin al que tendemos.
La fe exige fiarse y apropiarse de la visión agena. Pero una vez aceptada capacita a nuestra inteligencia para moverse por terrenos inexplorados, pero razonables.
La fe, razonada, pensada, vivida, permite sonreir y esperar y gozar más, porque asegura que el bien es más fuerte que el mal, cosa que no se percibe fácilmente sin fe. Porque nos asegura un destino amoroso en manos de quien nos quiere bien que es nuestro Dios y Padre.
Espero que las señoras que asistieron, unas veinte, hayan salido más animadas.
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