Lo humano habita ya en Dios mismo
Lo celebraremos a lo grande este domingo.
Cristo se llevó al cielo su cuerpo humano, transformado y resucitado, lo que nos permite esperar que todo lo nuestro también podrá alcanzar esa misma meta. Nos espera la felicidad, la vida... ¡Que gusto, qué alegría!
Una pequeña satisfacción personal añadida: Un grupo de amigos, en San Vicente (El Salvador), serán admitidos como "Candidatos a las Sagradas Ordenes" ¡Felicidades! ¡Quien pudiera estar por allá!
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