Fiesta del Santo Cura de Ars
Hoy, cuatro de agosto, celebro con cariño y devoción al Santo Cura de Ars, encomendándole el ministerio parroquial tanto mio como de mis amigos, párrocos y vicarios parroquiales, así como de los futuros presbíteros.
El ejemplo de este sencillo párroco rural es un estímulo para quienes nos dedicamos al pastoreo de las almas. Su trato con Dios lo llevó a querer con locura a sus fieles, a enseñarles, a santificarles y a guiarlos hasta el cielo.
No lo tuvo fácil, pero recurrió a los medios sencillos y claros, probados por la experiencia de siglos, y obtuvo tan magníficos resultados que la Iglesia lo ha nombrado protector y patrono de quienes tenemos tareas parroquiales.
Que desde el cielo nos guíe, nos enseñe y nos aliente para ser, como él, unos magníficos Pastores.
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