Un domingo para la vida
“El Señor no es Dios de muertos, sino de vivos: porque para Él todos están vivos”
En la Eucaristía nos unimos a Cristo resucitado que nos hace partícipes de su victoria sobre la muerte. Sacamos así fortaleza y luz, para no dejarnos seducir por los reduccionismos materialistas y transformar esta sociedad descreída y oscura en una sociedad creyente, luminosa y más feliz ¡Necesita esa radical transformación!¡No la defraudemos!
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