El Dios de la alegría
Quien se alegra profunda y cordialmente, quien ha sufrido y no ha perdido la alegría, no está lejos del Dios del Evangelio, del Espíritu de Dios , que es el espíritu de la alegría eterna.
Así concluye esta breve pero sustanciosa reflexión y meditación teológica sobre Dios el teólogo Ratzinger, con su visión siempre profunda y original de la fe y su claridad y originalida expositiva.
Es un gozo prepara con su lectura la próxima fiesta de la Santísima Trinidad.
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