¡Jesucristo quiere sanarnos!
“Le llevaron a Jesús todos los enfermos y poseídos. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios”.
Escuchando este relato de San Marcos, nos parece oír el bullicio del gentío y desearíamos haber estado allí, buscando a quien es fuente de salud. Pero, no olvidemos que Cristo vive, ha resucitado, y se hace presente en su Iglesia en la Eucaristía y en los demás sacramentos. Y además he encomendado a los suyos: “¡Sanad a los enfermos!
La Iglesia ha recibido esta tarea del Señor e intenta realizarla tanto mediante los cuidados que proporciona a los enfermos, como por la oración de intercesión con la que los acompaña. Cree en la presencia vivificante de Cristo, médico de las almas y de los cuerpos. Esta presencia actúa particularmente a través de los sacramentos, y de manera especial por la Eucaristía, pan que da vida eterna” (Catecismo) .
No dejemos de acudir a esta fuente de salud ¡La tenemos tan cerca!
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