Sentido fallecimiento de dos sacerdotes amigos
Rezo por ellos y agradezco el tiempo de formación que pudimos compartir en Sololá. Descansen en paz P. Francisco Abilio y P. Israel.
A Israel lo recurdo de sus años felices de seminario menor. Me alegra que haya podido dedicar su joven sacerdocio al Vicariato de Izabal, donde tengo tan buenos amigos. Me enteré de su grave enfermedad y le acompañé, unido a esos amigos, con mi oración y recuerdo.
Francisco Abilio, el inolvidable "Chico-Abilio", nos alegró muchas veces los días grises de seminario con sus ocurrencias, inventiva y buen humor. Era difícil verlo enfadado y siempre estaba dispuesto a decir algo agradable que quitara tensiones o penas. No lo tuvo fácil para llegar a la ordenación, pero nunca se echó atrás y luchó hasta conseguirlo. Lo he seguido últimamente por las redes sociales y me conmueve su inesperado fallecimiento por un trágico accidente de circulación.
La foto es del Cristo del castillo de Javier, en Navarra. De él se cuenta que se le vieron gotas de sudor, cuando murió San Fancisco Javier a las puertas de China, por lo que su familia entendió que el santo había muerto. Que el Santo acoja a estos dos amigos sacerdotes, que nos dejaron en el día de su festividad.
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