Don Juan José Omella abre su corazón a los barceloneses
Copio algunos párrafos significativos de su "carta al Pueblo de Dios que peregrina en Barcelona", que muestran el gran corazón del que ha sido hasta hoy mi obispo diocesano:
"No vengo a imponer nada, vengo a ofreceros mi amistad y a abriros mi corazón"
"Hay una gran desproporcionalidad entre mi pequeñez y la grandeza de esa archidiócesis, rica por grandes obras realizadas a lo largo de su historia, por la gran santidad en muchos de sus miembros, por las grandes personas que han realizado una importante labor evangelizadora y por los grandes pastores que han guiado esa Iglesia".
"Todavía hoy me pregunto: ¿Por qué se han fijado en mí? Y recordé lo que me dijo mi madre, con toda naturalidad y franqueza aragonesa, cuando le comuniqué que el papa me había nombrado obispo auxiliar de Zaragoza: "¿No había otro mejor que tú?"
"Lo primero que trataré de hacer es conoceros, acercarme a todos vosotros a fin de poder hacer míos vuestros gozos y vuestros sufrimientos, vuestros proyectos y deseos".
"Aunque nací en un pueblo cercano a Cataluña, Cretas (Teruel), en la comarca del Matarraña, y entonces diócesis de Tortosa, de lengua materna catalana, sin embargo mi vida de sacerdote y de obispo ha transcurrido toda ella en Aragón y La Rioja. Por eso tendré que dedicar un tiempo a bucear en vuestra historia y en vuestros proyectos e inquietudes".
"Os habéis comprometido -les dice a las autoridades- en una hermosa tarea, no siempre fácil, como es el servicio al bien común, a trabajar por el bien de todos, especialmente de los más pobres y necesitados. Por eso os digo que os admiro por esa misión que habéis asumido. Contad conmigo para ese servicio en pro de los más pobres y necesitados. Sabed que os acompaño con mi aprecio y oración".
Y termina con un saludo "a todos los barceloneses de cualquier creencia y convicción, de los que ya me siento próximo y conciudadano" a los que tiende su "mano amiga".
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