Mucha gente, entusiasmo y alegría en la Hermedaña
Precioso día en medio de la montaña, junto a la fuente de la Hermedaña y las ruinas de la ermita de la Virgen. Gente joven y animosa y menos joven, pero también muy animosa. Misa, almuerzo compartido, con aportaciones de zurracapote, lazos de dulce y albérchigos, por parte de los pueblos que participaron, algunos con su alcalde. Se entregó la simbólica llave de la ermita a los de Nalda. Y regreso feliz de cada uno a su pueblo ¡Precioso e inolvidable día!
Yo celebré la misa acompañado por mi compañero sacerdote, Don Pablo Díaz, Delelgado Episcopal de Patrimonio, que ha quedado encantado de lo que ha visto. Yo hice para la Virgen esta letrilla:
Virgen de la Hermedaña, madre bendita, en medio de montañas tienes tu ermita.
Bajo sus ruinas nace la fuente, que va sembrando vida con su corriente.
Míranos a tus hijos desde el acebo en que te apareciste dando consuelo.
Mira los ramos que te ofrecemos, los suben tus doncellas con gozo inmenso.
Virgen de la Hermedaña, madre bendita, en medio de montañas tienes tu ermita.
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