Recordando y orando por los que se nos fueron y por otras intenciones
Hoy es un día para el recuerdo y la oración. Y nada mejor que la Misa para que no sea un recuerdo vano y la oración tenga el aval del mismo Cristo.
Mis feligreses difuntos, mis familiares difuntos, mis amigos difuntos... Por todos ellos celebré la misa en la mañana y en la tarde, con la esperanza de que les alcance la misericordia, el consuelo y la reconpensa que Dios ha prometido.
En este día me llegan también noticias confusas y dolorosas sobre un sacerdote muy amigo, originario de mi parroquia. Pido por él con afecto y confianza para que todo se aclare y solucione con acierto y prontitud.
Asi mismo estos días me entero también de cambios de personal al frente del querido seminario de Sololá. Pido de corazón que sean para bien, pues toda insitución se resiente cuando esto ocurre y se necesita prudencia, paciencia y acieirto para que ayuden y no entorpezcan la difícil tarea de la formación sacerdotal. Mi oración y cariño desde la distancia no han de faltar: ¡Virgen del Camino, madre celestial, escucha mis ruegos, cuida a Sololá, y ayúdalos siempre, Madre celestial!
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