Un amigo sacerdote: el P. José Salomón Alvarez
Lo conocí el año 1995 cuando vino a Sololá, en Guatemala, para prepararse a ser sacerdote de la diócesis de Santa Ana en El salvador. Y convivimos durante tres felices años, compartiendo esfuerzos, alegrías y proyectos ambiciosos de futuro. Siempre disponible, amable y muy paciente. Estudió, se esforzó, y culminó su preparación sacerdotal, ya en su diócesis, recibiendo la Ordenación de presbítero el año 2001.
Hoy me entero de su fallecimiento, tras larga enfermedad. Me entristece que nos haya dejado, tan solo con cuarenta y cinco años y con trece de ministerio sacerdotal ¡Dios sabe más! Y a Dios le pido lo acoja paternalmente para que culmine en el cielo lo que no pudo lograr en la tierra. Y a la Virgen, que lo reciba con un abrazo de madre.
Hoy, amigo P. Salomón, te encomendé en la misa, y pedí para tu familia, tus hermanos sacerdotes de Santa Ana y para es querida diócesis, el consuelo y la esperanza. Dios te pague las penas y los trabajos y esa alegría, que siempre mostraste en la tierra. Y, aunque han pasado algunos años sin vernos, no se me olvidará nuca ese empeño tuyo por vivir con entusiasmo tu vida de seminarista y tu vida sacerdotal ¡Descansa en paz, amigo y hermano sacerdote!
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Juan Turuy Pajoc -