¡Que se note la alegría! y que ¡Viva Jesús Eucaristía!
Todo en mi iglesia parroquial habla de la fiesta de la Eucaristía: Las flores, las alfombras, las colgaduras, hasta el olor a incienso que impregna el ambiente (algunas señoras me dijeron que se les metía demasiado a la nariz y garganta).
Pero, sobre todo, los corazones que quieren acompañar a Jesús por nuestras calles con cantos, lluvia de pétalos de flores, preciosas alfombras, altares...
y Jesús, tan feliz, bajo el precioso palio, en rica custodia, bendiciendo los hagares, los trabajos, consolando las penas y compartiendo alegrías... Y sintiéndose dichoso entre los niños de Primera comunión, y los jóvenes cofrades con sustambores, y los adultos, y los mayores, todos, todos...
¡Viva Jesús Sacramentado!
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