Un domingo para la misericordia
“Al que poco se le perdona, poco ama”
Escuchar a Cristo hablar del amor de la pecadora que obtiene infaliblemente el perdón divino, es una invitación a pedir a Dios que derrame ese amor en nosotros para que obtengamos también el perdón y misericordia que necesitamos.
Pero no olvidemos que “la acogida de su misericordia exige de nosotros la confesión de nuestras faltas. Si decimos: “no tenemos pecado”, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia” (1 Jn 1, 8-9)” (Catecismo de la Iglesia nº 1847).
El Año de la fe, debiera ser también para nosotros un año de reconciliación y misericordia. Sin duda, lo necesitamos para ser felices y llevar alegría al mundo triste.
0 comentarios