La Caridad parroquial
A diario acuden a la parroquia personas necesitadas que hay que escuchar y ayudar. La mayoría terminan siendo muy conocidas porque suelen repetir las peticiones de ayuda. Cuando solucionan un problema les aparece otro. Pero sin esas ayudas puntuales se les acumularían los problemas y terminarían aplastados por ellos.
Es una suerte repartir la alegría de la caridad, aunque sea molesta y pesada la escucha, y no falten trampas en quienes reciben la ayuda ¡Que no falte la paciencia, para que continúe la caridad!
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