Una entrevista de hace años, en Sololá, a Mons. O´Malley, ahora Cardenal papable
Monseñor O´Malley, es un gran gusto tenerlo con nosotros. ¿Podría contarnos algo de su vida?
Mi familia es irlandesa pero yo nací en Estados Unidos en un pueblo que está en la misma frontera con Canadá, a la orilla del lago de Irmis. Cuando mi familia se vino de Irlanda llegaron a Canadá. Algunos se quedaron allá y otros pasaron la frontera a los Estados Unidos. En mi familia hubo muchas vocaciones. Mi tío sacerdote me bautizó, casó a mis hermanos y a mis padres. Tengo primas que son monjas y primos sacerdotes. Era algo muy común que alguien de cada familia entrara en un convento o al seminario. Creo que la fe de mis padres y el aprecio que tenían a la vida religiosa nos ayudó a descubrir nuestra vocación. Hoy en día muchos padres se oponen a que sus hijos consideren la posibilidad de la vocación, pero nuestra familia nos ayudó. Cuando salía con mi papá, yo todavía era un niño, hablaba con un fraile muy santo. Y después me dijo que ese hombre era el más felíz del mundo. Eso me hizo reflexionar. Con los muchos consejos que nos dió y que nos hacía rezar nos iba formando para una vocación.
En cuanto a los ministerios que he tenido. Trabajé con muchos emigrantes en Washington, los cuales pertenecen en su mayoría a El Salvador y Guatemala. Pero también he trabajado con portugueses y haitianos. La relación con los portugueses es lo que me tiene de Obispo en Fall River. Es la colonia mayor de ellos en E.E.U.U. Tenemos un cuarto de millón de portugeses y es la primera vez que tienen obispo que habla su lengua. Me han recibido con mucho cariño y eso me impresiona.
Esta tarea de visitar seminarios es algo que la Santa Sede me confía. Uno se pregunta ¿por qué? Pero en realidad creo que todos los obispos nos preocupamos por los futuros sacerdotes. Como dijo la Madre Teresa: "la renovación de la Iglesia comienza con la renovación de los sacerdotes ", y por ahí tenemos que empezar. Estoy muy contento de participar en estas visitas apostólicas que son momentos de reflexión y oración. En Guatemala es un gran consuelo ver cómo están floreciendo las vocaciones, y más lo de los indígenas que es algo nuevo del país. Eso va a dar un gran impulso a la Nueva Evangelización. Sobre todo porque es muy importante. Estamos sorprendidos con los logros que han adquirido aquí en el Seminario, en poco tiempo, para establecer un programa tan serio con tantos seminaristas. Se le brinda un agradecimiento de parte de la Santa Sede a Monseñor Fuentes por promover este seminario y seguirlo tan de cerca. Creo que esta es una bendición, y para el futuro tendremos la seguridad de que saldrán de aquí muchos sacerdotes que llevarán adelante el estandarte de Cristo en el nuevo milenio.
(La visita la hizo al Seminario Mayor de Sololá en el año 1997. Y la entrevista se publicó en el periódico Interno "Semetabaj". Tengo dos fotos de la visita, pero en un sistema que no logro adaptar al blog)
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Angel Mª Pascual -
Miguel Ángel -