Los sacerdotes con el Papa Benedicto
Entre los numerosísimos sacerdotes que entraban a la Basílica de San Pedro me sentí muy bien representado por los sacerdotes amigos sololatecos que me permitieron decir con todo entusiasmo, aunque sea desde lejos, lo que llevo en el corazón: ¡Santo Padre, te queremos!
Y me vino a la mente lo que cantábamos jubilosos en Sololá el día inolvidable de su elección, hace casi ocho años:
Sube el humo blanco hacia el cielo limpio,tocan las campanas repique festivo y en la amplia plaza se agolpa el gentío ¡Ya tenemos Papa! ¿Quién fue el elegido?
José era su nombre, ahora es Benedicto y es para los hombres Vicario de Cristo. No viene orgulloso, ni menos, altivo, viene como humilde obrero de Cristo.
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P Tomas -