Mañana comienza el Año de la Fe, a los 50 años del Concilio y en la fiesta del Beato Juan XXIII
Y me uniré en la misa matinal de mi parroquia al Santo Padre Benedicto XVi, que la celebrará en Roma. Y he preparado la Iglesia en la que la Biblia estará acompañada por el Catecismo de la Iglesia, que ayuda a comprenderla y vivirla.
Hace cincuenta años, siendo niño, tuve la dicha de ver por TV el comienzo del Concilio, gracias al celo sacerdotal de mi párroco Don Santiago, que nos llevó a todos los niños de la escuela al salón parroquial, donde acababa de instalar la primera TV del pueblo. Recuerdo que me cansaba la ceremonia y con otros coetáneos, igual de inquietos que yo, nos fuimos pronto a la calle. Pero me quedó la impresión de que aquello, por lo que habíamos rezado durante el año y ahora salí en TV era importante.
Doy gracias a Dios por el Concilio que ha marcado toda mi vida y que espero la siga orientando en adelante. Espero las orientaciones del Sínodo para que este influjo sea aún mayor y mejor.
Mañana es, además, la fiesta del Beato Juan XXIII. A él le encomiendo los frutos del Año de la fe y la más intensa y correcta aplicación del Concilio y el aprecio por el Catecismo de la Iglesia, que cumple mañana 20 años.
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