La homilía
Copio esto que he leído en un artículo publicado en la revista "Escripta Theologica", en el nº 2 de 2011, y cuyo autor es Don Jaime Sancho, profesor de la facultad de teología de Valencia, a quien tuve ocasión de escuchar en el Congreso sobre la biblia en Madrid. Me parece magnífico y muy certero lo que dice sobre la homilia:
La "homilía celebrativa" debería comenzar con una expresión de acción de gracias por la Palabra recibida, seguir con la actualización: nosotros, aquí, ante el Señor que nos habla.
Viene luego la exposición de un tema único, a partir d ela Palabra proclamada y en tiempo o festividad celebrada. Este tema será visto en el Misterio celebrado, sin parcelarlo lectura tras lectura o buscando una artificiosa armonización entre ellas. Aquí no está de más a veces un ejemplo tomado de la vida ordinaria.
La última parte se debería dedicar a una invitación a la participación eucarística y a un "aterrizaje" con las consecuencias morales y prácticas para la comunidad.
El final ideal, conforme a la tradición de los Padres, sería una invocación o doxología a la que todos asintiesen con el "Amén". Todo ello lleva a una gran responsabilidad: "Verdadera homilía", "sermo divinus", "si se dice la verdad"; no se puede pedir el "Amén" a cualquier discurso.
La foto está tomada durante la homilía de mi obispo, Don Juan José, en Valvanera con motivo de la presentación a la Virgen del Plan Pastoral Diocesano para este año.
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