Cáritas parroquial contra la crisis
No podemos hacer mucho, pero hacemos todo lo que podemos, aunque sea poco.
Pero sin esta gota de agua que ponemos en el océano de la crisis el mal sería mayor.
Hoy atendí a un transeunte y a una familia del pueblo que tiene problemas para pagar la mensualidad del alquiler de su piso por estar en paro. Escuchar a estas personas necesitadas y darles la pequeña ayuda que está a nuestro alcance es la mayor satisfacción para un sacerdote. Y es que sin caridad esta sociedad nuestra es inaguantable. Con caridad se hace luminosa y habitable.
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