En la fiesta de Santo Tomás de Aquino
Preparando la fiesta de Santo Tomás que celebraré mañana con cariño, releo en el diccionario de Teología de la Editorial Eunsa lo siguiente:
La teología no procede de la simple curiosidad intelectual ni se dedica a satisfacerla.No se ocupa de cuestiones o especulaciones puramente intelectuales y teóricas, ni se dedica a ampliar el campo de nuestra información ordinaria. La teología es una ciencia de salvación, que debe en último término ayudar al hombre a conseguir su destino eterno. No es un lujo intelectual, sino una necesidad de la vida cristiana.
¡Cuantos hemos olvidado tal vez esto que es tan elemental y que cada año nos lo recuerda el gran teólogo y patrono de teólogos Santo Tomás de Aquino! Hemos olvidado leer, pensar, esclarecer y nos dedicamos a actuar muchas veces a oscuras, sin saber, sin profundizar, a tontas y a locas.
Necesitamos volver a la teología, amar la teología, cultivar la teología, promover la teología, para que cuando actuemos acertemos, cuando decidamos no perjudiquemos. Porque los que saben pueden ayudar más y mejor. Y la ignorancia fastidia siempre.
¡Santo Tomás, enseñanos a pensar, leer y estudiar, para ayudar a cada persona que es única e irrepetible y que no se merece nuestra ignorante improvisación!
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JFO -