De vuelta a la parroquia
Pero con el corazón repleto de emociones, el alma reconfortada y feliz y fortalecido, muy fortalecido en la fe, la esperanza y la alegría.Y es que vivir un día en la proximidad del Papa y en compañía de familias, jóvenes y creyentes de toda condición, reconforta, estimula y empuja.
Ha merecido la pena ir a Barcelona. Ha merecido la pena, esperar, andar, madrugar.
Por mucho que lo imaginé, la realidad ha superado las espectativas y tengo ganas de contarlo. Lo iré haciendo despacio y con entusiasmo. Espero anime también a los lectores de este blog, que han tenido un merecido descanso durante estos intensos días.
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P.Tomas Bartolomin Gomez -