La Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud
Ha presidido nuestra clebración sacerdotal en el Seminario de Logroño.
La procesión desde el Hogar Sacerdotal al Seminario ha sido muy expresiva e impresionante: más de ciento cincueta sacerdotes caminando junto a la Cruz, que cargaban sobre sus hombros los que cumplían cincuenta años de sacerdocio. Eché en falta, eso sí, el toque de campanas al entrar en la capilla del Seminario. Creo que, si llegan a sonar, la procesión hubiera resultado perfecta en su simbolismo y en su anuncio de resurrección tras el dolor y el sacrificio.
La Cruz ha presidido la impresionante concelebración, tras la magnífica conferencia que ha pronunciado Celso Morga. Al final pasamos todos a besar la cruz: ¡Cuantas gracias brotan de este signo impresionante de esperanza y redención! Y hemos finalizado con una fraterna comida, llena de conversaciones y alegría compartida.
Ojalá que nuestra celebración festiva del Patrono del Clero español, en el año sacerdotal, traiga mucho fruto ¡lo necesitamos! Y nos anuncie unas inlovidable y fructifera Jornada de la Juventud en Madrid.
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