Llorar con los que lloran, pero llevando esperanza...
Hoy he tenido entierro en mi parroquia. Una ocasión para llorar con los que pierden un ser querido y llevarles esperanza. No la propia, sino la de la Iglesia. Y, al llevarla, uno mismo la revitaliza y la recibe, que falta hace.
Después estuve confesando en Lardero, pueblo vecino, que mañana tendrá confirmaciones.
Ha caido una mínima lluvia primaveral que ha refrescado mi huerto y el ambiente...
Se acerca mayo...
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