Felizmente sacerdote para siempre
Hoy asistí a la Primera Misa solemne, en su parroquia de Calahorra, del nuevo sacerdote de mi Diócesis, Antonio, a quien he tenido el gusto de acompañar en el repaso de la teología durante este año.
Y lo he contemplado feliz, sacerdote para siempre. Y he pedido para él una fidelidad decidida y valiente, que corresponda a la fiedelidad de Dios, que no falla. Y la he pedido también para todos y cada uno de los sacerdotes y seminaristas que conozco. Ojalá que este año sacerdotal sea un empujón en fidelidad, alegría y santidad para todos.
Me he emocionado, como siempre, pues cada nuevo sacerdote rejuvenece mi propio sacerdocio y se entiende mejor que merece la pena ser sacerdote de Jesucristo, nuestro Dios, nuestro Salvador, el siempre fiel, el cercano, el amigo.
Hermoso domingo del otoño riojano. Por cierto he comido junto a los seminaristas menores de mi diócesis, que son estupendos. Ojalá aumente su número y lleguen muchos al sacerdocio.
1 comentario
Boanerges Ramirez -