Visitando mis obras, se accidenta en la pierna el P. Luis Antonio Foncea
Ayer, domingo por la tarde, tras celebrar por todo lo alto las ordenaciones sololatecas con un buen almuerzo, servido en mi flamante nueva cocina, fuimos, el P. Luis y yo, a enseñar los salones parroquiales, que están siendo remodelados, a un compañero sacerdote. Subiendo y bajando por unas escaleras a medio hacer, el P. Luis sintió una especie de pedrada muscular, que resultó ser una rotura de fibras, que le obligarán a estar cuatro días de reposo absoluto.
Ya pasó el primero en casa de su hermana Isabel, y ya no sabe, el bueno del P. Luis, qué hacer en tan "prolongado" reposo. Menos mal que mañana me envía mi cuñada, desde Madrid, donde todo se consigue antes que en provincias, la película, recien salida al mercado en DVD, sobre Juan Pablo II ("Karol II. El Papa. El hombre"), y se la voy a llevar para que la disfrute y entretenga el ocio obligado.
Tras el reposo absoluto, le han prescrito los médicos a Luis Antonio, que modere su movimiento. Menos mal que el P. Miguel Angel se había comprometido a ayudarle en los días ajetreados de la Semana Santa ya inminente.
En fin, que esperamos se recupere bien de este incidente, aunque imagino que no querrá ya volver a ver mis salones mientras no estén completamente acabados.
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