Una oración y un recuerdo en el primer aniversario del trágico fallecimiento del seminarista Matías

Un recuerdo entrañable y agradecido por esta vida alegre y servicial, truncada misteriosamente en la flor de la vida.

Una oración por su eterno descanso y para que Dios de la paz, serenidad y consuelo a su querida familia, a su pueblo y al Seminario de Sololá

Y un gran cariño para esta gran familia que formamos los que tuvimos la suerte de convivir en ese apreciado centro de formación.

Matías, ojalá estés muy feliz, junto a ese Dios bueno que nos cuida y nos ama, y desde Él, no te olvides de los que tuvimos la dicha de compartir un tiempo muy feliz contigo. La amistad y el afecto cristianos son capaces de traspasar las barreras de la muerte, por eso, nuestro recuerdo, no es nostálgico, sino sereno, realista y de fe, que nos permite alegrarnos en este día y nos ayuda a no olvidarte.